miércoles, 17 de enero de 2018

Día 70

 De esto ya hablé y escribí en el blog pero vale la pena -o no- volver sobre el tema. Me refiero a los sueños, ese vestigio de inconsciencia ¿subconsciencia? y de realidad que nos asalta cuando nos vence el cansancio y la noche nos envuelve con sus brazos oscuros y amorosos. La verdad es que duermo cada vez peor, en secuencias de dos o tres horas que se ven interrumpidas por la vigilia. Me despierto, me levanto, voy al baño, vuelvo, doy vueltas y duermo unas tres o cuatro horas más. No sé bien a que responde este paulatino perder el sueño pero quizás tenga que ver con la edad entre otros factores. Bien, hablaba de los sueños. Sueño mucho como creo que ya comenté. En general recuerdo mis sueños, a veces los anoto, en una época tenía una libreta especialmente dedicada a eso. A veces, cada vez menos frecuentemente, tengo pesadillas. Tener pesadillas es desde cualquier punto de vista: horrible. Normalmente en el sueño, soy "consciente" de que se trata de un sueño y con una simple expresión de deseo o de voluntad, ¡zas! me despierto. Escapo de mi pesadilla. Eso es maravilloso, mi sentido común onírico me indica que lo que estoy viviendo es un sueño y que se trata de algo absurdo y despierto. Esto puede fallar en dos ocasiones: cuando lo que vivimos en la realidad es en efecto pesadillezco y no hay modo de huir. Hay que afrontar la pesadilla diurna y transitarla. La segunda es menos frecuente pero me sucedió la noche del 31. Tuve un mal sueño, un sueño en verdad horrible, una verdadera y auténtica pesadilla. Y lo peor de todo es que mi mecanismo habitual de: "Despertate, Dolores, es tan solo un sueño", falló. No tuve manera de escapar de ese escenario terrorífico que mi sueño y mi mente descontrolada planteaban. No viene al caso recordar de que se trataba el sueño. Lo recuerdo perfectamente pero no puedo ponerlo por escrito ahora. Quizás más adelante. No vaya a ser que le de una entidad que no tiene. Una entidad real y concreta. 

2 comentarios:

  1. Con la edad uno duerme menos. Pero también hay que ver si no hay alguna preocupación, consciente o inconsciente, rondando la cabeza. Justo ayer me bajé un pdf del librito de interpretación de los sueños del famoso onirocrítico griego Artemidoro de Daldis. Ya desde los viejos tiempos se buscaba saber por qué diablos soñamos.

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  2. Hola, Marxe :) Ahí pude revisar un poco blogger y rescatar tu comentario. Anoche dormi mejor, bastante, creo. Voy a hacer un esfuerzco consciente por descansar mejor, quizás funcione. Qué interesante el libro que te conseguiste, después contame bien. Besos.

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