lunes, 9 de enero de 2017

En la vida hay que tener muchos amigos. ¿Qué es un amigo? Para mi siempre fue un hermano. Pero un amigo puede ser, un contacto, un compañero, una relación, un conocido, un chongo, un novio, un cómplice, un fan, etc. Cuantos más amigos tengas, más suerte tendrás. Suponete. Si tenés 500 amigos tendrás 500 hermanos, quinientas almas que unidas en consonancia con tu pensamiento y emociones sean capaces de dar la vida por vos. De traer el cielo a la tierra. Y ni te cuento si tenés mil. ¿Cuántos amigos tenés en Facebook? ¿55? Sos un infeliz. Y evidentemente, no tenés suerte. Unos nacieron con estrella pero vos, pibe, naciste estrellado. Tenés que tener más. Así te quiere y querés a más personas. Y el amor se multiplica. Porque el verdadero amor, el verdadero amigo, da la vida por los amigos. Yo he dado la vida por muchos. Quizás hace tiempo que por eso, estoy medio muert@. Pero no importa. Hay que seguir haciendo amigos. Muchos, un millón. No hay que perder las esperanzas. Además, hacer amigos es fácil. Y si perdés uno no importa. Muy rápido te podés hacer otro nuevo. No hay que apegarse. La vida es cambio. Todos, hasta el más tonto sabe eso. Hay que alejarse de las malas ondas de los malos amigos. De aquellas personas infernales. De esos pequeños infiernos que constituyen los seres humanos.El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio... ¿Escuchaste bien? Hacer que dure y dejarle espacio. A ese amigo cielo. A ese amigo amor. 

Así la suerte nos acompaña. Porque si no tenés amigos no sos nadie. No es bueno hacerse de enemigos. Así no te va a ir bien en la vida. Hay que tener cuidado con los enemigos. Sobre todo de aquellos peligrosos, sospechosos. Que podrían hacerte un daño, abandonarte, traicionarte o sencillamente matarte dulcemente sin que te des cuenta. 

¡Ay, qué miedo...! Me asusto, es que soy terrriblemente miedos@ y asustadiz@. Mejor sigo los consejos de los que saben. Y me hago de amigos. Así voy a tener más suerte. Y por donde camine brillará el sol. Y habrá sonrisas, charlas, fiestas, música. Amigos. Y suerte. De la buena digo.

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