viernes, 9 de febrero de 2018

Día 80

Día raro ayer en mi querida rutina de vacaciones -que ya se terminan-. Arreglo con una amiga para encontrarnos. Salí a la mañana a ver a Flora, volví y a la tarde, en medio de un calor impiadoso y sofocante me fui a dar una clase. Comienzo a lamentar lo del calor porque empiezo a padecerlo "por obligación" es decir a cumplir con distintas tareas que son preludio de la vuelta al trabajo la semana próxima. Ayer todavía me duraba la euforia por los sucesos del día anterior. Pero bueno como decía, hacía un calor excesivo. Había arreglado con mi amiga para que viniera a conocer mi casa. Al poco tiempo de llegar de mi clase,se corta la luz. Uf. Sabía que tarde o temprano sucedería pero justo ayer la esperaba a mi amiga. Así que luego de una extraña cadena telefónica donde mi vecina me avisa a través del encargado que mi amiga había llegado, bajo los doce pisos de mi torre. N. me esperaba con ramo de flores azules, algo increíble y mucho calor. Empezamos a caminar por Independencia bajo el rayo del sol que comenzaba a debilitarse pero que seguía picando. Charlamos, caminamos, miramos vidrieras aunque las dos estábamos un tanto malhumoradas. Finalmente nos metimos en un bar a tomar una cerveza con una picada vegetariana. La charla siguió. Hacía tiempo que no veía a mi amiga, digamos que no nos sentábamos en una mesa, cara a cara, a charlar. Enchufamos los celulares y en algún momento comenzó la des-conexión, ella a chequear su teléfono y yo a intercambiar mensajes con mi vecina a ver si había vuelto la luz. Cuando se hicieron las nueve nos despedimos, mi amiga se tomó algo que la acerque a su casa y yo volví a la mía. Por suerte la luz había vuelto. Yo me sentía pesada, lo que había comido me había caído bastante mal, y no estaba del humor -tranquilo y armonioso- que me venia acompañando los últimos días. ¿Por qué? No lo sé, creo que fue la combinación de factores "adversos". A veces pienso que estoy mejor sola. No sé. Y recordando una frase que había leído por ahí, que dice: Mi soledad no tiene nada que ver con la presencia o la ausencia de personas. Detesto quien me roba la soledad sin a cambio ofrecerme una verdadera compañía. No se si se trata de achacarle a un otro la responsabilidad por nuestro estado de ánimo, realmente creo que depende de uno, pero a veces quizás sea cierto que tenemos que combinar bien las energías para estar bien con otras personas y bien con nosotros mismos.Qui lo sa, misterios de la vida. Sigo pensando que los amigos siempre nos enseñan cosas, en el caso de N. creo que me ayuda a conectar con mi lado más femenino, un lado que a veces descuido un poco, y admiro por sobre todas las cosas ese desapego que tiene y el sentido de libertad que la caracteriza, En fin cosas que pienso y que escribo, para no perder la costumbre y actualizar un día más, el blog.


                                                
                                              (las flores que me regalaron ayer)

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