viernes, 20 de octubre de 2017

Día 58

Hoy vino de visita a la escuela una persona que realmente no quería ver nunca más. Creo que hay poca gente que despierte ese sentimiento en mi pero esta es una de ellas. Una persona que me hizo mucho daño, que me maltrató, que me atacó y que hizo lo posible por hacerme la vida imposible. No es cuestión de ponerme en víctima mas bien confesar que no pude superar las huellas de los malos momentos que esta persona me hizo pasar. La verdad no me considero una mujer rencorosa pero en el caso de esta persona es difícil decir que lo que siento no es resentimiento, bronca, y quizás odio. ¿Odio? ¿No será mucho? Sea lo que sea es necesario disiparlo, desintegrarlo, diluirlo, olvidarlo y reemplazarlo por indiferencia. Mientras tanto, escribo, relato, cómo, hoy una vez más, esta persona me atacó, y buscó herirme sin que yo le haya dado absolutamente ningún motivo. Sólo me queda, repito, destruir este sentimiento y repetir con el gran Borges: "Yo no hablo de venganza ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón." 

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