martes, 24 de enero de 2017

Día 11

Llueve. El cielo ruge y se derrama sobre la ciudad. Las gotas caen intermitentes haciendo tip-top-tap.  Al fin parece que fuera a bajar un poco la temperatura después de tanta humedad y calor paralizantes. Mientras siento la lluvia caer y refrescar el ambiente recuerdo una canción en inglés que le canto a mis alumnos pequeños cuando llueve así como ahora. (A tisket, a tasket, a red and yellow tasket...) También a mi padre que cuando llovía y le preguntábamos por los truenos respondía:"Es Dios que está cambiando los muebles de lugar". Así era él. Con una respuesta para todo.
Han llegado o transcurrido la mitad de los días de vacaciones y en unas semanas mas habrá que volver al laburo, a los madrugones, a cumplir horarios, a planificar y corregir clases. Y tantas cosas. El dolce fare niente como todo lo bueno se terminará. Creo que no sería tan bueno si no estuviera precedido de todo el esfuerzo del año si no durara lo que dura.  Lo suficiente para que uno disfrute, aproveche y se desconecte para recargar energías y volver a cosas como estas: 





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