1.
Eran los
tiempos del imperio de la imagen. Ellos no existían si no los veía. Si no los
olía, si no los tocaba como Tomás las llagas del Cristo. Ella tampoco existía
si el no la miraba, si no la nombraba con su voz grave. Cuando el se fue de su
lado, ella comenzó a desvanecerse lentamente. Cada vez más descolorida y
diáfana, se apagó por completo una noche cualquiera de un día cualquiera. Con
ella se apagaron todos los universos que había creado y el mismo dejó de ser la
ficción que ella había pergeñado.
2.
Durmió
durante varios años en un colchón en el piso. Ese día, después de una sesión en
análisis, se compro la cama, la base del colchón. Esa tarde con un amante, su
colchón y su cama comprendió. Había llamado al amante.
3.
Amaneciste
otro día más. En otros lugares y aquí mismo otros nacieron y miles murieron.
Pero vos abriste los ojos y respiraste la lluvia. Un día más.
Muy bueno!
ResponderEliminarGracias! Estuve en tu blog pero no tenés habilitado los comentarios.
EliminarAhí le envié mail, Loli. Saludos.
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