Un par de personas -Flora en concreto- me preguntaron que había hecho el 1 de enero. Resulta que...¡no lo recuerdo! Sé lo que hice el 24 a la noche, el 25, y la noche del 31 pero ya comencé a entrar en ese túnel del tiempo donde todo es un espacio sin compartimentos, una extensión infinita e indefinida de tiempo donde ya no tengo noción de qué día es ni qué hora. Por la ventana de casa -siempre esa ventana- la luz me va marcando el inicio y comienzo del día y su final, para luego recomenzar. ¿Debería llevar más registro de lo que hago cada día? No sé....la sensación es bastante deliciosa, no tener obligaciones de ningún tipo, ni horarios. Sé que ya escribí sobre esto hasta el hartazgo. Trato de "aprovechar el tiempo". Cada día está marcado por alguna actividad pero en el conjunto esas actividades se pierden y disuelven en una gran sensación de libertad, es como estar nadando en el océano, feliz y por sobre todas las cosas...libre.
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