Dia 14. (Observo que este blog tiene muchas fotos. Creo que me gusta tomarlas con el celular.)
Estuve cinco dias afuera de Buenos Aires descansando en la playa en un lugar cerca de Mar de Ajó que se llama Nueva Atlantis. No se dónde leí que por lo menos una vez al año hay que viajar a un lugar a donde no se haya estado nunca. No se bien por qué debería ser así pero ya va el segundo año que conozco una playa diferente, con una compañera de viaje, una amiga, diferente. Quizás esto tenga que ver con abandonar la zona de confort expresión tan de moda por estos tiempos. No lo sé. El caso es que me gusta mucho viajar, conocer nuevos lugares, diferentes paisajes y climas. También personas que en su diaria convivencia nos enseñan tanto sobre ellas y sobre nosotros mismos. Porque la verdad sea dicha convivir con un otro no es fácil, uno muchas veces lo hace -lo hacen las distintas partes- a expensas de su propio espacio, sus propios deseos y costumbres. Lo cierto es que una vez saltada la valla, limado esas asperezas, se conoce más a la otra persona, nos conocemos más a nosotros mismos.
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