¡Llegó la biblioteca! ¡Qué alegría! La esperé durante tanto tiempo, la anhelé tanto, mis propios libros, mis propios títulos, la individualidad y la personalidad de cada libro que al estar en la biblioteca me hace, me conforma, me constituye, sus palabras e ideas quedaron grabadas a fuego en mi cabeza, en el corazón y en el alma. Nos aunamos los que leemos, con la voz del que habla, hablo y hablara miles de años por venir, miles de siglos por vivirse. Esa mágica locura que es leer, mirarse en un espejo, y sentirse atraído o repelido, o indiferente ante la imagen que esas palabras escritas hace siglos o quizás hace muy poco tiempo, hacen mella en nosotros y nosotras, modificándonos, interviniéndonos, y anidando en nuestra cabeza o nuestro corazón. Sin mucho mas que agregar, incluyo imágenes de mi modesta biblioteca.
(Comencé ordenándola en colores y luego fui desistiendo, creo que me gano la ansiedad)
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