Ya estamos a abril, dos de abril y mientras celebro un poco el feriado y otro poco recuerdo a los veteranos y caidos en Malvinas, ordeno y limpio mi casa. Hoy fue el turno de la cocina, el piso, los repasadores, guardar y acomodar las cosas en el mueble. La verdad es que es una actividad que me da placer hacer mientras escucho a la inefable Norah Jones y el hermoso piano que la acompaña. Voy entrando en ritmo de clases y de laburo y comienzo a disfrutarlo, mucho, también a padecer, un poco, las cuestiones que hacen a la conviencia con mis compañeros y compañeras de trabajo, las mezquindades, los celos, la competencia, la lucha por los espacios...es un tema, porque no soy de confrontar y me cuesta -muchas veces- defender mi lugar. Pero ahí vamos, poco a poco, actuando y hablando. Sigo "vistiendo" mi pequeño hogar con pequeños objetos, con muchas plantas, algunas se adaptan, otras requieren de más atención. La jardinería y el cuidado de las plantitas es toda una ciencia, ciencia que estoy aprendiendo porque no soy experta en el tema, pero insisto, porque amo estar rodeada de verde, de vida. Extraño bastante a mi June y coqueteo con la idea de adoptar un gatito pero no me decido...creo que voy a esperar un tiempo. Mientras tanto adquirí este pequeño gatito de porcelana, un porta maceta que alberga el limoncito que me separó Fer, mi vecina. Tambén me di el gusto y compré un secaplatos "simil cesped" de cerdas verdes, alegres. Y asi transcurren mis días, felices, plenos, alegres, de a ratos melancólicos, aunque a éstos últimos les doy poca cabida.
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