Para introducir el tema de oficios y ocupaciones les hago a mis alumnos de cuarto la consabida pregunta: ¿Qué quieren ser cuando sean grandes? Las respuestas fueron diversas y variadas pero una en particular me cautivó. Katia se acercó y con una sonrisa pícara me preguntó que quería ser yo cuando fuera grande. Le dije con otra sonrisa que me gustaría ser escritora de cuentos breves y poesía. Ella replicó que quería ser profesora de lengua y literatura y que cuando diera clases les enseñaría algún poema mío a sus alumnos. Entonces les contaría que yo había sido su maestra. Este breve diálogo fue interrumpido por el timbre del recreo pero me dejó pensando en cómo nos ven los más pequeños, como los observamos nosotros a ellos y fundamentalmente cómo y de qué manera nos enseñan, me enseñan todo el tiempo verdades increíbles, verdades acerca de mi misma, cosas que yo ni siquiera sé que existen en mi y que no puedo ver si no a la luz de sus palabras y de sus respuestas.
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