miércoles, 29 de septiembre de 2021

Parole


Fértiles y precisas llegan a mí tus palabras
Aletean en el centro, en mi alma.
 
Las recibo, las guardo, las atesoro y las olvido.
Frágiles y exactas me repites las palabras.
 
Tiemblan en el corazón, reverberan en mi mente
Las espero, las pierdo y las encuentro.
 
Atrapada en ellas, vuelvo sobre sus letras,
su etimología, su origen, las acuno y las saboreo.
 
En silencio tus palabras crecen.
En ellas estoy yo y vos en mí.
 
Infinitas, las palabras son una y son todas.
Y yo también.
 
Ineludibles tus palabras me recurren, me recorren, me recrean.
 
Inclaudicables ellas son todo.
Y yo soy nada
2011
 
                   (La virgen, Gustav Klimt)
 

sábado, 25 de septiembre de 2021

Aikido con Ki

        Hace dos meses, en agosto concretamente, comencé a practicar Aikido. El Aikido es un arte marcial japonés no competitivo que busca la autosuperación por el camino del autoconocimiento. No se trata de vencer a un oponente, el oponente es uno mismo, una misma en mi caso. La verdad que se trata de una disciplina fascinante que me seduce con cada clase que transcurre. Tuve la suerte de dar con un dojo y un sensei muy formado y con unos compañeros maravillosos y eso colabora con el entusiasmo por aprender cada día un poco más. Dejo algo de información que figura en wikipedia y dos imágenes del carnet que el sensei me dió y que me acredita como aprendiz y principiante en este maravilloso arte. Además adjunto una foto de la leyenda que está a la entrada del dojo donde practico Aikido y que resume bastante bien la filosofía de este sublime arte marcial.  ¡Feliz es poco!




         El aikido o aikidō [en japonés, 合気道、合氣道, romanizado“vía de la unificación de la energía vital”, "camino de la unión de la energía" o también "camino de la armonía de la energía vital"], es un gendai budō o arte marcial tradicional moderno del Japón. Fue desarrollado inicialmente por el maestro Morihei Ueshiba (1883-1969), aproximadamente entre los años de 1930 y 1960.2​ A partir de varios estilos de artes marciales clásicas y tradicionales del Japón, con armas, y de lucha cuerpo a cuerpo.

        Lo primordial en la práctica del aikido es vencerse a uno mismo en lugar de cultivar la violencia o la agresividad o, en palabras de Morihei Ueshiba O-sensei, «masakatsu agatsu katsuhayabi» (transliteración del japonés 正勝吾勝, 'victoria verdadera', 'victoria final sobre uno mismoaquí y ahora'). Por consiguiente, el practicante no busca la humillación ni la derrota del otro, sino la forja autónoma del carácter y la unificación del cuerpo, mente y espíritu mediante el entrenamiento continuo.


     

          El fundamento del aikido, como arte marcial interna es el desarrollo del autocontrol para lograr armonizar con el opuesto por medio de la regulación del espacio, el tiempo y la energía, independientemente de la masa, género, edad o fuerza física del practicante. Lo cual se puede sintetizar en la búsqueda del shikaku (punto ciego), por medio de kuzushi (desequilibrios) y del Tai sabaki (movimiento corporal); principios que se manifiestan en las acciones de irimi (entrar, arrasar), atemi (golpear), kokyu-ho (control de la respiración), sankaku-ho (principio de triangulación ofensiva y defensiva), tenkan (pivote o giro del cuerpo), y tenshin (desvíos o absorción) entre otros. Sus técnicas a mano vacía y con las armas tradicionales incluyen: esquivas, caídas, desvíos, golpes a puntos vitales, derribos, proyecciones, lanzamientos, luxaciones, estrangulaciones e inmovilizaciones, uso de puntos de presión y controles.

         El Aikido, al estar bajo la influencia del sintoísmo, el budismo zen y, en menor medida, por el taoísmo, busca formar a sus practicantes como promotores de la paz y del entendimiento mutuo entre culturas y naciones.



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Además, ya que estaba investigué y averigüé cómo se dice mi nombre: Dolores en Japonés. La respuesta es: Itami (dolor) y Kushin (Dolores)  y los idegramas serían estos: 苦心



miércoles, 8 de septiembre de 2021

¿Y qué?

 

  • ¿Y qué si no me amás?
    ¿Y qué si yo no te amo?
    ¿Y qué si celebramos nuestros cuerpos?
    Eso. Sólo eso. Tanto como eso.
    Todo y nada a la vez.
    La elegante charla, el devenir de las horas.
    Las lecturas compartidas, la libertad don supremo.
     
     
    ¿Y qué si me voy por otros derroteros?
    Vos por tus caminos, yo por mis carreteras.
    A contemplar otros ojos, ojos oscuros, negros.
    A tirarme a otros brazos, brazos jóvenes y fuertes.
    Una noche, quizás dos
    no más.
    O sí, quien puede saberlo.
     
     
    Y festejo la vida, la pulsión de vida, el principio del ello.
    La aniquilación del superyó castigador.
     
    ¿Y qué si en esta encarnación soy comunista
    y abomino de la propiedad privada?
    Anarquista que desafía todo orden pre-establecido.
    Budista, vegetariana, amante de las creaturas vivas.
    Y soy puro goce, disfrute puro.
    Del universo y tus manos, sus brazos, tu boca, su mirada.
     
     
    ¿Y qué más da si no hay otra cosa que el hoy?
    Otro instante que este.
    Otro momento que el presente.
    Que es misterio, don y regalo.
    Acá y ahora. Siempre. 
     
    Amor.
     
    7 de septiembre del 2021. 22:48, Boedo, CABA, Argentina. Invierno.